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21 nov 2014

El Marqués

Este es un claro ejemplo de como las fotos que se ponen en los perfiles de las páginas de contactos no reflejan en absoluto la realidad. Con los perfiles sucede lo contrario de lo que pasa con los test de embarazo, en los que se pueden dar falsos negativos pero nunca falsos positivos. Para que se me entienda: Si en las fotos el chico en cuestión parece feo, es que sin duda LO ES, y si parece guapo puede que NO LO SEA, y que esa foto sea la única en la que el chico sale mono...y esto si hablamos de la cara, pero con el cuerpo para lo mismo. Lo que en foto parecía un chico grandote, de espaldas anchas, macho remacho...en las distancias cortas no solo resultó ser de mi misma estatura llevando zapato plano, sino que además era "recortadito", es decir, que usaba la talla pequeña del Zara de niños y no podría ni con una cajonera de IKEA.
El tema es que "El Marqués" era un falso positivo, es decir, un auténtico bluff pero, eso sí, de procedencia noble, con apellidos de postín de esos compuestos e interminables, más propios de la Duquesa de Alba que de una persona normal (de ahí el apodo que le puse).

Después del intercambio de conversaciones whatsaperas típicas, en la primera cita insistió en venir a mi casa a ver una película. Al principio me extrañó un poco que eligiera ese plan, nada atractivo para el primer encuentro, pero como era una tarde gélida de invierno empecé a verle las ventajas a aquello de no tener que salir de casa y acepté. La noche empezó mal cuando por la mirilla veo a un pavo que no se parecía ni de lejos al de las fotos...como sería que casi no le abro la puerta pensando que se había confundido de casa o que era el repartidor de telepizza con uniforme nuevo formado por Barbour y Dockers, en lugar de sudadera y gorra roja. Y para rematar, el chico, que había prometido traer un vino para amenizar la velada, resulta que venía sin el...así que, como quién no quiere la cosa y nada más conocerle ya había perdido todo mi interés. Y es que en las primeras citas los pequeños detalles son los que cuentan, para bien o para mal.

Tras ver la peli, sin que pasara absolutamente nada salvo inflarme a palomitas mientras pensaba "por Dios que termine ya", se fue a su casa y todos tan contentos.

Pues bien...días después me llamó para volver a quedar y proponerme un plan. Y yo pensé "que guay, me llevará a cenar a un sitio de esos finos", pero...Oh my god....su plan era venir a mi casa a ver otra peli... y yo pensando: "Pero chaval, tengo cara de Kinepolis?". Así que en vista de la originalidad de sus planes y del chasco que me llevé al conocerle, decidí darle largas. Y claro, no hay nada más efectivo que pasar de un tio para que esté detrás. Así que empezó a maquinar excusas para tener otra cita: como venir a mi casa a prepararme una cena y después VER UNA PELI; o venir a mi casa a ayudarme a montar unos muebles y después VER UNA PELI... Pero vamos a ver, de donde te viene esa fijación por el cine? Eres el hijo secreto de Spielberg o qué demonios te pasa? No volvimos a quedar, para hacer ese tipo de planes ya me basto yo solita y para montar muebles de Ikea no me hace falta un tío!!

8 meses después apareció de nuevo en mi vida, diciéndome que quería volver a verme y...sabéis que plan me propuso???.....BINGO....está claro que la nobleza ya no es lo que era!!!!