Cuando era una completa novata en el mundo de las “ciber citas”, creía
firmemente en que después de chatear durante horas con un chico, conocer
nuestras vidas al completo, darnos los buenos días cada mañana y las buenas
noches antes de irnos a dormir incluyendo un montón de "Muacks" en
plan moñas…después de mandarnos fotos para vernos el uno al otro con looks
variados: con ropa de trabajo, en la boda de nuestra prima, con morenito
veraniego, con el pijama…e incluso después de hablar por teléfono para ponernos
voz….después de todo eso, aunque uno no quiera, se monta la película en la
cabeza y espera que la primera cita sea inolvidable. Cuando por fin has
acordado el día del primer encuentro, te pasas la semana como una adolescente
pensando que te vas a poner para el citado momento, incluso creas un grupo de
Whatsapp con tus amigas llamado “SOS que me pongo”, abres el armario mil veces
buscando algo ideal para la ocasión y decides irte de compras en busca de la
prenda perfecta pensando en tirar la casa por la ventana, porque al fin y al
cabo vas a conocer al hombre de tu vida, al futuro padre de tus hijos…pues
bien, todas esas expectativas generadas en torno a esa primera cita, alimentan
una ilusión que se esfuma en el mismísimo momento en el que estás face to face
con el pretendiente.
Nada de lo que parecía es lo que parecía…ni físicamente es lo que
prometía, ni tiene una personalidad tan arrolladora, ni su voz es tan guay ni
es un tío tan interesante, ni sientes mariposas en el estómago, ni nada de nada…Esos
primeros segundos son aquellos en los que piensas: “pufff…la madre que me parió,
qué coño hago yo aquí? Por favor, que no se me manche el vestido que mañana
mismo lo estoy devolviendo”
Aguantas estoicamente la cita con el único interés de encontrar el momento
idóneo para ir al cuarto de baño y cambiar el nombre del grupo de whatsapp con
tus amigas por el de: “SOS sacadme de aquí". Bueno eso y salvar el vestido
de manchas, claro!!
Como eres completamente novata y aún no has desarrollado un decálogo
de excusas para pirarte quedando como una reina, no te queda otra que aguantar
estoicamente sin perder la educación y pedir a todos los santos que el tiempo
pase volando.
Cuando llegas a casa, y tras volver a colocar la etiqueta al vestido,
lo único en lo que piensas es en no repetir nunca más la experiencia. Te haces
el firme propósito de no volver a entrar en ninguna de esas páginas, de borrar
tu perfil y te dices cosas como: esto no es para mí, en la red no puede haber
ningún tipo que merezca la pena….Pues bien, todo eso se olvida a la mañana
siguiente, en la que recién levantada y aún con legañas en los ojos, te sientas
delante del ordenador como arrastrada por una fuerza sobre humana y vuelves a
visitar las paginitas y a responder a los mensajes que te han dejado, como si
no hubieras tenido bastante con el fracaso de la noche anterior, porque en el
fondo esperas que el siguiente sea tu hombre. Piensas que si tu estás en esas páginas
y eres "normal", puede haber otros que como tu también sean
"normales" y en tu misma situación, por qué no??
Por tanto, mi consejo es que trabajar las expectativas antes de tener
tu primera cita es fundamental para evitar la sensación de fracaso y frustración.
Es bueno ilusionarse, pero manteniendo los pies en la tierra. Que el tío
parezca guay, no significa que lo sea. Es cierto que Eduardo Noriega
conoció a su actual mujer en un aeropuerto porque su vuelo se retrasó pero
chicas….las posibilidades de que eso nos pase a nosotras son prácticamente
nulas… así que lo único que nos queda es ir a las citas esperando de ellas lo
menos posible y cambiar el chip: el objetivo no es encontrar al hombre de
nuestra vida, sino simplemente divertirnos, pasar un rato agradable y ponerle
una gran dosis de sentido del humor. Solo así podremos volver a casa sin la
sensación de haber perdido la tarde.